Asociado al artista Jan De Cock, la oficina a20 architecten ganó un concurso para diseñar un crematorio en Lommel (Bélgica). El objetivo del proyecto es integrar el crematorio en el cementerio existente, con quien comparte el sitio. Con un peso fuertemente simbólico, el diseño se basa en la idea del "viaje" que representa despedir a un ser querido.
El diseño propuesto mantiene la actual entrada al cementerio como el acceso principal al sitio, mientras que el nuevo crematorio se bifurca del eje central. La propuesta descansa en la idea de una procesión a través del sitio, el cual "lleva a los visitantes a otro mundo". Este sendero representa la idea de que no vuelta atrás, que la muerte es un camino hacia otro capítulo. Adicionalmente, los arquitectos apuntan a cambiar la perspectiva del visitante, buscando generar en ellos un sentimiento de humildad.
Si bien el cementerio no expresa afiliación religiosa alguna y carece de símbolos religiosos, la naturaleza proporciona una modesta presencia espiritual en todo el proyecto. El nuevo diseño será un "paisaje primordial", alcanzando un balance entre los áreas forestales, montes de arena y brezales.
El crematorio es transparente y "se entreteje" con el paisaje. El uso de ladrillo, concreto (hormigón) y madera permiten un cuidado mínimo y puede resistir el paso del tiempo. Del grosor de una hoja de papel, los vidrios dividen el exterior del interior. La estética general del edificio es el de una ruina que se ha transformado en un crematorio.
Los tres volúmenes principales incluyen al crematorio, la sala ceremonial y un salón de restauración. El trío de edificios se sitúan en torno a un patio sagrado central.
