Plataforma en viaje: Casa da Música, Rem Koolhaas

¿Adonde vamos…a la playa o a Oporto? Esa era la pregunta que nos hacíamos el último día de nuestra breve estadía en Portugal. La playa con todo su ambiente de vacaciones estaba a 40 minutos, mientras que para llegar a la ciudad de Oporto teníamos que viajar tres horas de ida y de vuelta. Por un lado estaba la diversión, por el otro, la curiosidad de ver en vivo la Casa da Música de Rem Koolhaas.

En pocas palabras la Casa da Música está formada por una serie de salas rectangulares intersectadas que se hacen espacio dentro de una envoltura irregular de hormigón. Todo lo que queda entre la envoltura y estas salas es ocupado por un intrincado laberinto de circulaciones que conectan y te pasean, literalmente, por todas las partes del edificio.

Comienzas en una plaza llena de ondulaciones donde se deleitan aficionados al skate, entras al edificio por una escalera exterior, llegas a un hall imponente de unos 30 metros de alto y subes de nuevo hasta la entrada del auditorio principal por otra escalera de unos veinte metros de ancho pasando por algo como una gigantesca cueva apuntalada por erráticos pilares. De ahí en adelante las circulaciones y los recintos se empiezan a achicar pero siguen intercalándose uno con otros a medida que uno sube pegado siempre bordeando la cáscara exterior.

El recorrido incluye la pasada por una sala de ensayo forrada en espuma aislante acústica verde, una sala con un espectacular piano de cola, un bar, un auditorio de menor capacidad, un palco VIP, un restaurante, una terraza y por lo menos 3 espacios mas, (raros y extravagantes por decir lo menos) con vista al auditorio y muchas veces también al exterior y que servirían para hacer la pausa entre un primer y segundo acto.

La sala principal esta revestida en planchas de terciado, decoradas con pintura dorada brillante imitando las vetas de la madera, el piso también es de acero, las butacas son de una tela ligeramente lila y cada extremo de la sala termina en gigantescos vanos con vidrios ondulados que distorsionan a las personas que circulan detrás de ellos como también el cielo y los árboles que se alcanzan a ver.

La Casa da Música de Rem Koolhaas aterriza en Oporto para continuar con la tradición arquitectónica portuguesa. Sus muros de hormigón blanco, la plaza de piedra y el uso de cerámicas están presentes en el edificio, pero como siempre, Rem le agrega algo de humor e ironía. Tanto que a ratos uno pareciera estar dentro de una escenografía de ciencia ficción o dentro de algún bar o discoteque, situación que no molesta sino que mas bien entusiasma y estimula.

Por otra lado, la idea de armar un recorrido por todo el edificio funciona muy bien. Había gente haciendo toures, otros trabajando y otros como nosotros abriendo libremente todas las puertas posibles esperando encontrar alguna sorpresa. Pero en común teníamos la posibilidad de apreciar tras bambalinas un edificio público de primer nivel y un buen ejemplo de arquitectura.

En definitiva un excelente panorama, pero está claro que queda pendiente ver como funciona. Si alguien lo sabe, bienvenidos sus comentarios.

¿Playa o Oporto?

Oporto…sin duda.

Acá pueden bajar un PDF con la Casa da Música desplegada. Recortar, pegar y listo, tu propia maqueta de la Casa da Música.

Exterior

Hall acceso

 

Circuito interior

 Sala principal

Detalles

Sobre este autor/a
Cita: Mauricio Magnasco. "Plataforma en viaje: Casa da Música, Rem Koolhaas" 06 oct 2008. ArchDaily Perú. Accedido el . <https://www.archdaily.pe/pe/02-10586/plataforma-en-viaje-casa-da-musica-rem-koolhaas> ISSN 0719-8914

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