

Descripción enviada por el equipo del proyecto. En arquitectura, a menudo estamos acostumbrados a añadir – una nueva estructura que emerge como una marca de la presencia humana impresa en la naturaleza. Sin embargo, para este proyecto, elegimos un enfoque diferente: en lugar de añadir, decidimos restar intervenciones artificiales.




El sitio era originalmente un pequeño jardín adjunto a una casa antigua, ahora reutilizado como un café que sirve comida y bebidas de origen vegetal. No queríamos que la presencia de la arquitectura disminuyera el valor inherente del jardín. ¿Cómo podría el jardín seguir siendo parte de la casa mientras se convierte simultáneamente en una parte inseparable del café? Optamos por un enfoque minimalista, preservando la esencia del sitio, haciendo solo ajustes sutiles para dar forma a un nuevo espacio sin perturbar su equilibrio existente.

Se introdujeron particiones suaves e implícitas para definir el espacio de una manera que permite transiciones fluidas en lugar de límites rígidos. Estos elementos establecen zonas funcionales de manera natural, asegurando privacidad mientras mantienen una fuerte conexión con el jardín. El mismo espacio verde ahora sirve tanto a la casa como al café, permitiendo que coexistan y compartan su valor de una nueva manera.



Comenzando con estudios volumétricos, refinamos el diseño a través de múltiples iteraciones, eliminando gradualmente elementos innecesarios hasta que el espacio alcanzó su forma más pura. A lo largo de este proceso, sentíamos como si el sitio mismo estuviera entablando un diálogo con nosotros: no necesitaba más; necesitaba menos—un enfoque que fuera más ligero, más contenido. Y así, comenzamos un proceso de sustracción—removiendo límites innecesarios para hacer la arquitectura más abierta, permitiendo que converse de manera más armoniosa con la naturaleza.





El sistema estructural sigue un principio minimalista pero efectivo. Las columnas, techos y canaletas fueron cuidadosamente refinados para que cada elemento cumpla un propósito claro, sin nada en exceso. En términos de materiales, seleccionamos soluciones ligeras que interactúan naturalmente con el entorno. El sistema de techado está diseñado como una delicada capa ondulante – como una nube flotante – proporcionando sombra sin bloquear completamente la luz natural. Las particiones están "hechas a medida" de láminas de acero envejecido de 3 mm, cuyos bordes están doblados para refuerzo, evocando la calidez de vigas de madera envejecida. La fachada, tejida con malla de acero, ayuda a reducir la masa visual de la estructura mientras fomenta una integración fluida entre la arquitectura y la vegetación.

Con este enfoque, la arquitectura no se impone sobre el espacio, sino que actúa como una intervención sutil que realza lo que ya existe. El jardín sigue siendo un jardín, pero ahora, ya no es solo parte de la vieja casa—se ha convertido en una parte integral de un espacio comunal compartido—una transición natural entre las personas y el paisaje, entre lo viejo y lo nuevo, entre el presente y las posibilidades futuras.
