Cómo se construyeron los muros inclinados y curvos que dan forma a la última obra de Toyo Ito en México

El Museo Internacional del Barroco de Toyo Ito se ubica a 7km del centro de la ciudad de Puebla, México. El lugar se caracteriza por su fácil acceso; no sólo para automóviles, sino también por estar conectado a la red de ciclovías y transporte público.

En esta entrevista hablamos con Alejandro Bribiesca Ortega y Miriam Carrada, arquitectos a cargo del proyecto, para entender en profundidad su proceso constructivo.

¿Cuáles fueron los principales materiales utilizados en el proyecto?

AB/MC: Sin duda el material de mayor importancia en el proyecto del Museo Internacional del Barroco es el concreto, pues hizo posible materializar el diseño del arquitecto Toyo Ito en el que muros curvos y alabeados de hasta 15 metros de altura, se inclinan hasta 17° desde la vertical.

Cortesía de Toyo Ito

El sistema constructivo, diseñado especialmente para el MIB, se basa en el uso de muros y losas de concreto prefabricado que, además de ser la propia estructura del edificio dan el acabado final. Las losas, compuestas por tabletas de concreto prefabricado gris de 7 cm de espesor, son aligeradas con esferas de PET reciclado; mientras que los paneles que integran los muros son elementos formados por dos caras de concreto blanco a modo de sandwich de entre 15 y 21 metros de altura y 36 cm de espesor que, una vez colocados en su posición el sitio, se colaron con concreto gris para formar muros monolíticos.

Cortesía de Miriam Carrada Legaria

En términos de materiales, ¿cuáles fueron las mayores fuentes de inspiración e influencia al seleccionarlos?

AB/MC: Los materiales a utilizar debían responder al diseño del edificio y conformar una unidad indisoluble, es decir, materializar la forma curva y compleja debía hacerse de tal modo que los elementos arquitectónicos estuvieran reducidos al mínimo necesario para crear espacios expositivos de grandes claros y expresar dos de los conceptos básicos del diseño: la fluidez y la luz natural como claroscuro, respetando la altura e inclinación de los elementos.

Cortesía de Takayuki Ohara Martínez

Para ello, se buscó que el material permitiera construir la estructura del edificio y, simultáneamente, diera el acabado final. El sistema utilizado permitió hacer esto a la vez que se redujeron costos por el ahorro en concreto blanco en la estructura.

¿Qué decisiones –en relación a los materiales– fueron consideradas dentro del diseño conceptual?

AB/MC: Durante el proceso de diseño se exploraron muchas posibilidades formales y configuraciones espaciales con la finalidad de llegar a una propuesta que, según el equipo de diseño, mejor respondiera a las necesidades del proyecto. La idea de posibles materiales, en este caso el concreto, surgió a lo largo de este proceso en el que, mediante maquetas y dibujos, se fue definiendo la forma. Las curvas, alabeos e inclinaciones en elementos de gran altura y esbeltez demandaban un material maleable, resistente y que se comercializara en México.

Cortesía de Takayuki Ohara Martínez

¿Qué ventajas ofrecieron estos materiales a la construcción de la obra?

AB/MC: El uso de elementos prefabricados de concreto ofreció muchas ventajas respecto a un sistema colado en sitio. Así, con la solución de muros sándwich se redujo el volumen de concreto blanco en un 70% y con la modulación de la forma y el uso de moldes en planta, la cantidad de cimbra en 50%. Asimismo el sistema permitió optimizar recursos, tener un mejor control de calidad durante la fabricación y el montaje y dar un seguimiento cercano al avance de obra; pero sin duda la ventaja más importante fue acortar el tiempo de construcción de la estructura a sólo 27 semanas.

Cortesía de Takayuki Ohara Martínez

¿Hubo algún desafío que se haya enfrentado debido a la elección de los materiales?

AB/MC: Si bien construir el MIB con elementos prefabricados de concreto trajo consigo muchas ventajas, también representó un reto a lo largo de todo el proceso, pues este sistema constructivo no había sido utilizado en el país. El primer desafío fue industrializar la forma, para ello fue necesario modelar tridimensionalmente el edificio y en él modular los 55 muros de manera precisa para obtener el mayor número de paneles iguales sin afectar el diseño original. Así, a partir de este modelo se obtuvieron los distintos tipos de paneles y sus geometrías, incluyendo todos los huecos, vanos y pasos de instalaciones pues una vez fabricados, los paneles no podrían ser intervenidos.

Cortesía de Toyo Ito

De acuerdo al diseño y la modulación, el edificio debía estar conformado por 701 paneles de entre 15 y 21 metros de longitud y 36 centímetros de espesor clasificados en tres tipos: recto sándwich, curvo-sandwich y macizo curvo de concreto blanco. Producir tal cantidad de paneles, de modo que se cubrieran ininterrumpidamente los cuatro frentes de montaje que trabajaban de manera simultánea en el sitio, fue posible bajo un riguroso programa de fabricación basado en el uso de 65 moldes distintos diseñados especialmente para este proyecto y que permitieron construir cada pieza en sólo 3 días.

Cortesía de Toyo Ito

Finalmente, integrar todos los paneles de muros y losas en una estructura monolítica fue quizá el proceso más complejo que requirió de muchas pruebas antes de iniciar con los trabajos en obra. Una vez colocados los paneles en su posición exacta con equipo topográfico, el colado en sitio debía hacerse de modo que se garantizara la resistencia del sándwich ante la presión del concreto a la vez que se cubrieran todos los espacios al interior, pues a tal altura y entre tanta densidad de acero el concreto no podía ser vibrado. La solución fue hacer colados parciales de 2 a 5 metros con un concreto autocompactante casi líquido que se distribuye fácilmente entre el armado.

¿Se consideró algún otro material posible para el proyecto?, y si es así, ¿cómo habría cambiado el diseño?

Cortesía de Toyo Ito

AB/MC: Una vez definido el diseño y dada la oferta en México, sólo se consideró el concreto por su fuerza, atemporalidad y maleabilidad. Si bien el MIB fue conceptualizado para construirse con concreto colado el sitio, el cambio de sistema no afectó seriamente el diseño, aunque sí se hicieron algunos ajustes como homologación de curvas y dimensiones de los vanos con el fin de facilitar la producción en serie de los paneles prefabricados.

¿Cómo investigaron y seleccionaron proveedores o contratistas para los materiales utilizados en el proyecto?

AB/MC: Previo a la construcción el equipo de trabajo del MIB exploró distintas soluciones constructivas disponibles en México. Durante ese proceso de búsqueda y análisis sobresalió la empresa contratada, Danstek, respaldada por Fapresa, especializada en la construcción de prefabricados de concreto. Danstek mostró un gran interés en el proyecto y fabricó un muck up de uno de los paneles a la vez que demostró su capacidad de producción para abastecer a la obra en el tiempo requerido y lo más importante, hizo énfasis en su disposición para colaborar con el equipo para diseñar la mejor solución constructiva para el edificio.

© Patrick Lopez Jaimes / Danstek

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Sobre este autor/a
Cita: ArchDaily Team. "Cómo se construyeron los muros inclinados y curvos que dan forma a la última obra de Toyo Ito en México" 17 feb 2017. ArchDaily Perú. Accedido el . <https://www.archdaily.pe/pe/804947/materiales-innovadores-museo-internacional-del-barroco-de-toyo-ito> ISSN 0719-8914

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