Ramon Vilalta (RCR Arquitectes) habla sobre el Pritzker y sus ambiciones tras ganar el premio

Hace dos días, ArchDaily tuvo el honor de entrevistar a Ramón Vilalta, uno de los tres arquitectos galardonados con el Premio Pritzker 2017. Vilalta nos entrega una visión exclusiva de la historia detrás de su colaboración con Rafael Aranda y Carme Pigem, y de cómo su conexión con su pequeña ciudad natal de Olot, España, ha influido en una carrera que ha producido proyectos excepcionales, a través de su estudio RCR Arquitectes.

ArchDaily: ¿Cómo fue el inicio de su estudio? Porque ustedes lo formaron rápidamente luego de haberse graduado de la universidad.

Ramón Vilalta (RV): Sí, en ese sentido fuimos personas bastante disciplinadas. Hicimos la carrera rápido y después al salir fue cuando elegimos compartir un estudio; tomar la decisión de afrontar la arquitectura compartiéndola, y verdaderamente compartiéndola. Somos personas con personalidades diferentes, cada uno es de una manera, pero lo que sale de la química de los tres yo creo que nos hace especiales. Esto es lo que siento como una gran decisión que no fue fácil en su momento.

Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta. Fotografía por Javier Lorenzo Domínguez. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

Nosotros vivimos en Olot, una pequeña ciudad de 30.000 habitantes y no era muy lógico acabar la carrera en Barcelona y volver a tu pueblo. Volvimos a nuestro entorno conocido y allí ambicionamos el hacer buena arquitectura, y empezamos con concursos. Fue una decisión no muy pensada, sino más sentida, no lo pensamos mucho. Fuimos a la escuela, terminamos y comenzamos a compartir, conociéndonos y trabajando como un verdadero equipo.

William Curtis [crítico de Arquitectura] hace muchos años nos dijo ‘verdaderamente funcionáis como una banda de jazz’, en el sentido de que existe mucho diálogo; uno habla y el otro retoma lo que dices. Es una composición que no sabes donde va a llegar, porque no eres un individuo solo.

Carpa en el Restaurante Les Cols (2011). Olot, Girona, España. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

AD: ¿Qué es lo que cada uno de los tres aporta?

RV: Lo interesante del compartir verdaderamente es cuando un poco logras diluirte en el conjunto. Desaparece esa parte más personal. De las conversaciones, de las valoraciones, se suman cosas y al final es un camino complejo, desarrollado en tiempos muy dilatados. Vas desapareciendo tú dentro de este conjunto y es difícil saber en qué parte tú estás. Te diluyes pero a la vez sientes que perteneces ahí. Somos diferentes, pero con el mismo interés. La parte que nos interesa mucho a los tres es la parte creativa, el mundo de las ideas, esto es lo que nos mueve a los tres. Es algo químico.

Bodegas Bell-Lloc (2007). Palamós, Girona, España. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

AD: ¿Qué los inspira? ¿Cuáles son las cosas que les llaman la atención, desde dentro o fuera de la arquitectura?

RV: Hemos ido pasando por etapas bastante diferentes. En la escuela, sales de la arquitectura y te interesan sobretodo, como no, los maestros y sus obras. Pero luego nuestro interés es bastante abierto. Por ejemplo, descubrimos Japón y nos sentimos vinculados a nuestro entorno, a nuestro paisaje. El paisaje de Olot es un paisaje botánico pero muy frondoso, que tiene ciertas similitudes en gran parte a un jardín japonés.

Una vez que has entrado en la arquitectura vas marcando un camino de intereses, más que de ídolos. Nos interesan temáticas referidas al arte, a las culturas, a temas un poco más amplios; temas que vamos encontrando en nuestro camino y que cuando nos apasionan, nos gusta entenderlos y comprenderlos. Desde ahí vamos sacando cosas, desde un punto de vista muy interior, y luego nosotros hacemos nuestro camino propio.

Guardería El petit comte (2010). Besalú, Girona, España. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

Olot es una ciudad muy pequeña, y por eso quizás no hemos participado de las realidades que ofrecen las grandes capitales a niveles de relación entre los arquitectos. Y claro, esto te lleva a hacer un camino más genuino, más propio. Hemos labrado nuestro propio camino tal como lo hemos sentido, no siguiendo maneras determinadas de pensar o de hacer.

Centro de Arte 'La Cuisine' (2014). Nègrepelisse, Francia. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

AD: En relación a vuestra obra, ¿cómo ustedes conciben el paisaje como una obra de arquitectura?

RV: El paisaje ha sido uno de nuestros principales intereses, yo creo que nos ha enseñado mucho. El paisaje es el lugar pero para nosotros la obra ya es lo mismo al entorno urbano. Hemos aprendido a verlo, sea urbano, sea más natural o menos natural, sea fincado en un lugar muy alejado al nuestro, desierto, o un lugar muy frondoso. Lo que nosotros hemos intentado ha sido más comprender el paisaje, fijarse a ver y leerlo. Hemos intentado captar sus fuerzas y lo que es su valor principal. A partir de ahí nosotros intentamos hacer la arquitectura para que realmente se incluya al paisaje, no en relación ni de sumisión ni de superioridad sino realmente de diálogo con él. Y yo creo que esto es algo que para nosotros siempre ha sido vital, el lugar del proyecto, sea el que fuera, a partir de que es importante, lo que intentas es captar estas energías o estos elementos, ponerse a dialogar con él, crear un paisaje que se forma en este lugar determinado con esta nueva arquitectura.

Casa Entremuros (2012). Olot, Girona, España. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

Desde que salimos de la escuela hace 30 años, en Barcelona se había instalado ya una "arquitectura del paisaje", entonces ahí había ya una cierta vocación por el trabajo del paisaje. En nuestra experiencia ya sabíamos de lo que es tener una vivencia muy próxima a lo natural. Nosotros salimos del estudio y a 200 metros teníamos el fin de la ciudad y estaba ya un parque natural que está "humanizado". Tanto hay muchas construcciones pero también está una cavidad en equilibrio; un gran equilibrio entre lo construido y lo natural. Es un parque natural "humanizado" porque hay gente viviendo ahí pero totalmente armonizado y yo creo que esto realmente para nosotros fue muy importante y lo hemos venido platicando. Aún hoy estamos convencidos que es interesante intentar captar esta esencia. Es un aprendizaje que luego puedes intentar extrapolar 

AD: Hablando de la parte de la construcción, ustedes usan mucho acero, vidrio e incluso la tierra misma en su estado más primitivo. ¿De dónde viene este uso del material?

RV: Bueno ya llevamos varios años en esto, yo, por ejemplo, me acuerdo que en un primer momento teníamos una gran apreciación a --perdón que esto suene un poco exagerado pero-- la precisión de las cosas. Por la precisión me refiero a aquellas cosas controladas al centímetro. De hecho en los primeros dibujos que hacíamos saliendo de la escuela teníamos hasta decimales. Luego vimos en la obra que esto era una tontería, pero para nosotros era importante y cuando empezamos a construir con hormigón no podíamos controlarlo mucho... entonces el acero nos proporcionó este control. Esto ya me refiero estructuralmente hablando. Después en la medida que avanzamos no en material sino en el tacto que nosotros ofrecemos, siempre he sentido que es importante que los materiales sean auténticos o muestren su autenticidad.

Museo Soulages. (2014) Rodez, Francia. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

A veces hemos trabajado con un par que son más sintéticos y al final lo hemos desechado por no haber sentido que tuviera la energía que tienen las cosas más naturales, como puede ser el acero, que embellece y tiene una pátina del tiempo. Hay todo un tema del tiempo que, vinculado al paisaje, también nos pareció muy importante; que las cosas se van adaptando a este entorno determinado. Hay cosas que con los años se ven exactamente iguales. Esto es algo que nosotros hemos sentido, que finalmente nos interesa expresar la fuerza que tiene el material. Y proyectos como por ejemplo el restaurante Les Cols, descubrimos que podíamos plantear un solo material, algo que en veces podría parecer frío, lo utilizamos de manera muy cálida. Todo material tiene una expresión pero también tú puedes ser capaz de transportarlo a otras dimensiones u otras maneras de visualizarlo; poderlo tocar y sentir de otras maneras. Es lo que ahora pienso que ha sido desde un inicio para nosotros la energía a través del material.

AD: Nos llama la atención que, a lo largo de tu obra, la tensión del acero ha sido un elemento clave.

RV: Sí, también nos dimos cuenta a lo largo de los años que utilizar un mismo material con diferentes registros te da por una parte homogeneidad y unidad, pero trabajando con pequeños matices daba registros diferentes y esto lo enriquece. En el restaurante que te comentaba utilizamos el acero en el suelo, en las paredes, uno con un tinte de oxidación, otro encerado, otro lacado. Al final coincidimos en que un restaurante es en un principio un lugar que tienes que buscar que sea confortable y cálido y utilizamos mucho acero pero, en conjunto, incluso la gente que no puede apreciar el diseño, realmente dice “he estado muy bien aquí comiendo”.

Biblioteca Sant Antoni-Joan Oller, hogar de jubilados y jardines Cándida Pérez (2007). © Eugeni Pons. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

Un tema para nosotros muy importante, es la capacidad de crear una atmósfera. No se trata tanto del diseño de una parte sino de la parte espacial de crear una vivencia que te rodee y realmente te vincule, más allá de las pequeñas formas o matices del material. También hemos hecho una casa que era totalmente de acero, hemos hecho cosas solo de cristal, con diferentes registros como te decía… hemos explorado diferentes materias con una voluntad sobre todo unitaria pero de registro para darle riqueza y matices diferentes en conjunto de la obra. Y puede ser con madera, digamos que no es solo una materia, es un trabajo que puedes aplicar en otros materiales y nos gusta que sean lo más sustanciales posibles. 

AD: Te quería preguntar de dónde viene este interés de desarrollar estos workshops, talleres en vuestro estudio.

RV: Mira, es una cosa supongo de los años. Nosotros acabamos la carrera y Carme y yo estuvimos algunos años yendo a Barcelona como profesores asociados de la Universidad, pero luego vimos verdaderamente que aunque era bueno compartir, ir a Barcelona nos llevaba a sentir que no podíamos compartir realmente las cosas y optamos por lo que nos apasiona, que es construir arquitectura. Entonces en los primeros 10 años tuvimos una experiencia paralela con la Universidad y después realmente optamos por darlo todo a lo que es el proceso creativo de una arquitectura.

Pero al cabo de los años, vuelves a sentir quizá que te gustaría contar cosas que has aprendido. Cuando estábamos en la escuela éramos mucho más jóvenes pero ahora, tenemos esa sensación de que verdaderamente hemos descubierto cosas que podríamos contar. Realmente nos hemos dedicado principalmente a lo que es hacer arquitectura, y si creamos algo ahí, nos permite ya estar en un workshop que es de nuestro interés, y nos sirve también para decir “esto hemos aprendido” y aprender también algo que pudiera ser de nuestro interés. Lo que no sabíamos cuando empezamos era que en nuestros workshops cada año somos 60 personas de 20 a 25 nacionalidades. Empezamos a entrar de lleno en el espacio, a profundizar más en los conceptos fundamentales que al final son capaces de crear una atmósfera en arquitectura. Ahora mismo estamos trabajando con esta idea, tenemos este interés y nos hemos puesto en contacto con gente más joven, un poco con esta idea de que ellos nos dan, nosotros les damos. Cuando nos ponemos en algo nos apasionamos bastante y esto va haciendo un camino en el que vamos encontrando siempre ventanas y puertas nuevas. Los proyectos que hemos hecho tienen un hilo conductor, pero a la vez encuentran su propia manera de ser y nos abren una puerta para el siguiente. Es un proceso un poco evolutivo que tenemos.

Espacio Público Teatro La Lira (2011). Ripoll, Girona, España. © Hisao Suzuki. Image Cortesía de Pritzker Architecture Prize

AD: Para ir terminando, después de estos ya 30 años de experiencia, ¿qué consejo le darías a todos los arquitectos que están ya saliendo a este nuevo mundo?

RV: Esto de dar consejos... yo lo que te diría es que estamos en un momento de tránsito muy particular. Nosotros por ejemplo, sentimos más que nunca que se ha entrado a unos periodos de incertidumbre muy grandes. En la arquitectura es verdad que tienes que ir por largo, y antes cuando las cosas empezaban, unos se quedaban en el camino, pero más o menos había una pauta, en cambio ahora las cosas son cada vez más inciertas. Empiezas una cosa y no sabes si avanza o no, para la gente joven yo diría que es importante aprender a vivir dentro de un sistema mucho más incierto que el que hemos tenido nosotros. Aprender la sabiduría de la incertidumbre, para tener certeza. Nuestras certezas tienen que moverse más dentro de esta idea de que estamos en un mundo que va a moverse rápido y por tanto es muy incierto. Está cambiando mucho esto.

Estamos en un mundo en que todo es complejo e incierto, y eso despista mucho. Nosotros nos apasionamos por nuestra arquitectura y la vivimos con mucha intensidad, intentando no distraernos. En ese sentido, ¿qué podría darnos este premio? Me gustaría que pudiéramos hacer menos proyectos pero con mayor intensidad. No nos interesa tener este premio y poder hacer muchos más proyectos. Nos interesa poder ir a menos pero con las condiciones que nos permitan poder desarrollarlo con más intensidad.

Hace 30 años era extraño que un grupo de arquitectos jóvenes decidiera trabajar en un pueblito en lugar de ir a trabajar con grandes arquitectos. Esto nos permitió volver a nuestras raíces y abrirnos a pensar que puedes hacer cosas verdaderamente interesantes desde allí. Este reconocimiento tiene que ver con la raíz. Es un reconocimiento de este contexto y para nosotros ha sido muy importante.

Al estar aislados no nos hemos distraído con los problemas profesionales, con envidias. No hemos perdido el tiempo en críticas. Desde ese punto de vista ha sido muy bueno estar aislados. Cuando te distraes menos puedes profundizar con mayor tranquilidad. Yo estoy en estos momentos abandonando el móvil… Si atiendo el móvil en la mitad de una idea, sólo me quedo en la primera fase del pensamiento… Una cosa es la capacidad que te dan estos instrumentos para facilitarte las cosas y el otro es que el instrumento te termine dominando. Y esto nos está pasando con la tecnología en la propia vida.

Al final si quieres profundizar en algo, tienes que tener un cierto recogimiento. No puedes estar expuesto al continuo griterío… Son particularidades de una vivencia, en la que estamos a 5 minutos de casa y sólo cogemos el coche para ir a Barcelona.

Se tienen que alinear planetas para que pasen estas cosas. Para nosotros Japón es un lugar muy especial y que la ceremonia sea allí… ¡seguro lo disfrutaremos mucho!

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Sobre este autor/a
Cita: ArchDaily Team. "Ramon Vilalta (RCR Arquitectes) habla sobre el Pritzker y sus ambiciones tras ganar el premio" 01 mar 2017. ArchDaily Perú. Accedido el . <https://www.archdaily.pe/pe/806291/ramon-vilalta-rcr-arquitectes-habla-sobre-el-pritzker-y-sus-ambiciones-tras-ganar-el-premio> ISSN 0719-8914

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