Los edificios sin nombre también nos influyen

La arquitectura es humana. Entonces, cuando ingresé a la Facultad de Arquitectura, Arte y Planificación de Cornell en 1973 y toda la facultad era tan blanca y masculina como yo, no tenía sentido para mí, pero reflejaba el fin de los tiempos del dominio masculino total en mi profesión elegida. En ese mundo, algunos profesores a menudo comentaban como las estudiantes miraban a los jurados, y algunos victimizaban sexualmente a algunos estudiantes (ninguno de los cuales era hombre).

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Universidad de Hartford, estudiante de arquitectura de segundo año. Imagen © Duo Dickinson

Mi paracaidismo en Cornell fue en una cultura insular que estaba en extrema disonancia con un país que estaba a punto de aprobar una Enmienda de Igualdad de Derechos, había legalizado el aborto y tenía un Movimiento de Liberación de la Mujer militante que estaba creando estructuras pedagógicas, legales y sociales que ahora damos por hecho. Pero no había mujeres docentes enseñando en el departamento de arquitectura.

En este siglo, gran parte de la humanidad ha evolucionado para darse cuenta de que cada persona es simplemente uno de nosotros, ni mejor ni peor – cada uno de nosotros es único y universal. Enseño diseño en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Hartford. Mis estudios suelen ser mayoritariamente femeninos, y todos los estudiantes tienen una variedad de historias de origen. Este reflejo transparente de nuestra humanidad común contrasta marcadamente con la realidad demográfica que encarnaba Cornell en 1973, que era un lugar hecho por, para y de personas como yo.

Las artes pueden ofrecer una verdad simple: lo que hacemos puede manifestar el potencial de las oportunidades que se nos brindan con total anonimato. Una vez creada la canción, el poema, la pintura, el edificio tiene vida propia, se puede desligar por completo de su historia de origen, incluida la de su diseñador.

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Universidad de Hartford, estudiante de arquitectura de segundo año. Imagen © Duo Dickinson

La verdad es ciega a nuestras diferencias, y en las artes esa verdad manifiesta belleza en formas que pasan por alto las victimizaciones y las injusticias que son parte de la condición humana. Los edificios sin nombre nos afectan. A menudo escuchamos música sin saber quién la escribió. La comida sabe como sabe, sin importar si conocemos al chef o no. Las palabras nos conmueven aunque el libro no tenga portada.

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Cortesía de The Chronicle

Pero saber cómo se hace algo y quién lo hace cambia nuestra comprensión de lo que experimentamos. En Cornell nunca nos enseñaron acerca de la arquitecta Julia Morgan, ganadora de la Medalla de Oro de la AIA, pero estuvimos plenamente expuestos a su compañero ganador de la Medalla de Oro y arquitecto residente de Berkeley, Bernard Maybeck, quien también murió en 1957. Cuando Cornell contrató a Ula Lesnikowski para enseñar diseño en 1974, las mujeres de nuestra clase vieron su futuro en ella. Ahora bien, si una educación arquitectónica simplemente pasara por alto a Zaha Hadid, sería una mala práctica educativa.

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Zaha Hadid. Imagen © Steve Double
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Centro Heydar Aliyev de Zaha Hadid. Imagen © Hufton+Crow

El mercado de ideas crea valor para la belleza, sin importar de dónde venga. Es un error fundamental cuando ese mercado niega ese valor simplemente por su origen. La estupidez de no reconocer el valor de Jeanne Gang, FAIA no solo es injusto sino que niega la humanidad que crea arquitectura. Studio Gang tiene un gran valor para sus patrocinadores y está dirigido por una mujer. Negar ese valor es una idiotez, especialmente si el género juega algún papel en esa negación.

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Jeanne Gang. Imagen cortesía de Studio Gang
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One Hundred / Studio Gang. Imagen © Tom Harris

Las mujeres de mi estudio en la Universidad de Hartford conocen su valor porque la arquitectura se está viendo a sí misma como completamente humana y sin género. Pero hace cincuenta años, los edificios se enseñaban como proyección del diseñador y para la cultura de la época. Esa sociedad estaba centrada en un pacto sexista que formaba parte del Canon Arquitectónico. Que desperdicio.

Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: Mujeres en arquitectura. Cada mes exploramos un tema en profundidad a través de artículos, entrevistas, noticias y obras. Conoce más sobre nuestros temas. Y como siempre, en ArchDaily valoramos las contribuciones de nuestros lectores. Si quieres postular un artículo o una obra, contáctanos.

Adicionalmente, te invitamos a asistir al lanzamiento de “Women in Architecture”, un documental impulsado por Sky-Frame sobre tres arquitectas inspiradoras: Gabriela Carrillo, Johanna Meyer-Grohbrügge y Toshiko Mori. El documental se lanzará el 3 de noviembre de 2022.

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Sobre este autor/a
Cita: Dickinson, Duo. "Los edificios sin nombre también nos influyen" [Nameless Buildings Affect Us] 20 oct 2022. ArchDaily Perú. (Trad. Rojas, Piedad) Accedido el . <https://www.archdaily.pe/pe/990895/los-edificios-sin-nombre-nos-afectan> ISSN 0719-8914

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