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Concurso Nacional de Crítica Arquitectónica: Las más recientes noticias y obras de arquitectura

Otras formas de criticar (con imágenes) la realidad arquitectónica del Perú

Se puede decir mucho con las imágenes y por supuesto, criticar. Con sólo una imagen que a veces vale más que mil palabras se puede lograr sintetizar una larga reflexión, lo cual es una de las formas más instantáneas de provocar, cuestionar, insinuar. Para cerrar con broche de oro las publicaciones sobre el II Concurso Nacional de Crítica Arquitectónica 2017, aquí presentamos los resultados de la nueva categoría: la “crítica gráfica”. Este rubro buscaba llegar a un público crítico que se manifestara con otro lenguaje, lo que implicaba una variación del formato donde por ejemplo “el meme” podría convertirse en una imagen pensada. Según los organizadores, La Chimenea y Divagarquitectura, esto es parte del propósito de fomentar la crítica independiente en la arquitectura, logrando así convocar a jóvenes arquitectos, estudiantes de arquitectura, y profesionales afines.

¿Se busca Arquitecto?

Se busca Bachiller en Arquitectura con dos años de experiencia. Conocimiento de Revit, Vray, Adobe y Microsoft. Conocimiento de RNE y documentación Municipal. Disponibilidad inmediata.

¿Somos los Arquitectos recién egresados personas “empleables” según los requerimientos del mercado peruano actual? ¿Son esos requerimientos los correctos?

Chimbote y la institucionalización del aburrimiento

Sí, pues. Creo no conocer bien las ciudades y estoy escribiendo sobre una. Pero ¿qué ciudad? ¡Chimbote, Chimbote, Chimbote! Esa es la ciudad que menos entiendo y más me entusiasma. - José María Arguedas.

La ‘arquitectura social’ en Lima: sobre la omisión (in)voluntaria de lo bueno, lo bello y lo verdadero

En la arquitectura clásica se intentó siempre tener presente los preceptos platónicos sobre ‘lo bueno, lo bello y lo verdadero’. La belleza, el bien y la verdad eran conceptos inseparables. Lo bello era estética y funcionalmente bello, y lo funcionalmente bello era bueno. Lo verdadero era el conocimiento de la realidad, y el conocimiento, inherentemente, era bueno y bello. Hacer arquitectura bella implicaba hacerla buena y verdadera. La belleza en la arquitectura, entonces, no solo era valorada a través de criterios estéticos, sino también a través de la moral. Y la moral, subjetiva y cambiante según las sociedades y los tiempos, siempre ha sido establecida por las personas. Aquellas quienes determinaban qué era lo bueno definían también los cánones de belleza, imponiendo, de alguna manera, una verdad.

Lo bello en la arquitectura limeña, ¿Lo bello en la arquitectura limeña?

¿Existe lo bello en la arquitectura limeña? Después de ver la foto que encabeza este ensayo podríamos concluir que evidentemente no existe. Pero seguro dirán que no se puede generalizar, que una sola muestra no representa la totalidad de la “bella” arquitectura limeña. Probablemente Ud. lector esté en lo correcto, pero vamos, seamos sinceros, en Lima existe la industria de la construcción, existen las inmobiliarias y las construcciones informales. Pero más allá de eso, no hay mucho con que sentirse maravillado por el hermoso juego de los volúmenes bajo la luz, como afirmó alguna vez Le Corbusier es la arquitectura. Aunque todos sabemos que la luz en Lima no nos favorece.

Conoce los resultados del II Concurso Nacional de Crítica Arquitectónica en el Perú

Conoce los resultados del II Concurso Nacional de Crítica Arquitectónica en el Perú - Imagen Principal
© Flickr User: Guillermo. Licensed under Public Domain

Con el propósito de fomentar la crítica independiente en la arquitectura, así como dar a conocer nuevas voces en la disciplina, La Chimenea y Divagarquitectura convocaron al II Concurso Nacional de Crítica Arquitectónica por segundo año consecutivo. En esta oportunidad, fueron dos las categorías: crítica escrita y crítica gráfica. En ambos casos, las temáticas sugeridas estaban referidas a obra construida, ciudad y realidad arquitectónica nacional. Participaron jóvenes arquitectos, estudiantes de arquitectura, y profesionales afines menores de 35 años. Los resultados ya fueron dados, veamos.

La torre de Gamarra en Lima: Arquitectura buena, bonita y 'barata'

“Hacer un centro comercial y hacer arquitectura no es fácil, algunos arquitectos lo han intentado y casi todos han perecido en el intento” – Luis Fernández Galiano 

Gamarra es el mayor símbolo físico del progreso de los migrantes en Lima y uno de los cambios más sustanciales que ha sufrido esta ciudad con ellos. Las galerías de este emporio comercial son muestras palpables de esta transformación. Moles de vidrio y ladrillo sin tarrajear, supuestamente informales, que muchas veces desde la academia se desdeña como arquitectura comercial popular, en parte para excusar nuestra inercia en este mercado y lo poco que sabemos de él.

San Juan Masías: La cara (0)culta de San Borja en Lima

No me importa quien haga las leyes de un pueblo, si yo puedo escribir sus baladas”. [1]

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La ciudad es un constructo simbólico hecho por sus habitantes, y estos son hechos por la ciudad. En ciudades como las nuestras, jóvenes e inacabadas, más ilusas que realizables, irracionales, inesperadas, sorpresivas, en las que la ocupación antecede a la construcción, se habita desde los imaginarios [2].

Opuesta al modo de producción de la ciudad formal, en la Lima informal primero se habita y luego se habilita el espacio. Los signos, las palabras, levantan, antes que los ladrillos, esta ciudad inconsciente, una obra abierta llena de expresiones de múltiple sentido.

La arquitectura de la derrota (o cómo aproximarse a la problemática de las periferias)

La ausencia del estado, falta de planificación y la ineficacia de las autoridades ante la ola de inmigración de hace algunas décadas han dado como resultado sectores marginales y periféricos en donde el nivel de vida es apenas tolerable, en los mejores casos. Ante esta situación, desde hace ya varios años, han surgido iniciativas privadas a cargo de ONGs y la Iglesia que buscan mejorar las condiciones de habitabilidad en las periferias.

De la mano de los propios habitantes se vienen ejecutando diversas intervenciones que buscan mejorar las condiciones de vida y aminorar el impacto de posibles desastres naturales. Pero al margen de la buena intención y la legítima motivación se encuentra una manera errónea de entender el problema. Todas estas iniciativas basan su accionar en las condiciones de informalidad y marginalidad en que se encuentran las periferias malentendiéndola como una creativa espontaneidad, y con este accionar se continúa manteniendo a sectores menos favorecidos separados del resto de la sociedad. Es decir, se está tapando un hueco, cuando lo que hay que hacer es rellenarlo.

Los tres peores tipos de profesor de taller que te puedes encontrar en las universidades peruanas y cómo combatirlos

Nada tiene de nuevo reconocer que el Taller de diseño constituye la columna vertebral de la carrera de arquitectura. Lejos de las incongruencias que ello implica, ya que en la práctica solo un porcentaje mínimo de arquitectos se dedica realmente a la actividad proyectual, es un hecho que el taller es la base de la formación del arquitecto peruano y es inconcebible que esto pueda ser de otra manera. En este sentido, el profesor del taller representa (o debería representar) la crème de la crème de su respectiva universidad; el docente mejor cualificado, con un amplio espectro de conocimientos fuera de los estrictamente proyectuales que le permita establecer sinergias con los otros cursos; y sobre el que recae una enorme responsabilidad en la formación de los futuros arquitectos.

Sin embargo, no todas las experiencias del taller son realmente positivas. Muchas veces estas pueden ser en extremo traumáticas, construirse a partir de una ilusión, que descubriremos como falacia en el futuro, o ser simplemente una pérdida de tiempo. Dicho esto, presentaremos los tres peores tipos de profesor de taller que un alumno podría encontrarse durante su paso por la universidad y cómo sobrevivir a la experiencia.

La Megaforma fallida: el campus de la UTEC en Lima

Enorme, como un estadio de fútbol hecho a medias, el Campus de la UTEC de Grafton Architects, diseñado entre el 2011 y el 2012 y cuya primera etapa se culminó el 2014, es actualmente el principal hito de bienvenida a Barranco, en Lima.

Aunque emplazado en un lugar en el que nunca debió estar (Del Castillo, 2014), este edificio estuvo destinado desde su concepción a ser un hito urbano: suponía resolver un programa amplísimo en un terreno muy singular, alargado, junto a una vía rápida y en medio de las dos principales vías de acceso al distrito. Pero su emplazamiento también está rodeado de un tejido urbano residencial de baja densidad hacia Barranco y otro muy similar hacia Miraflores, aunque este último tiene ya, en el borde, algunos multifamiliares de altura regular. Además, el proyecto tiene a su merced un accidente geográfico de relevancia paisajística: la Quebrada de Armendáriz.

Así las cosas, el objeto arquitectónico tiene un escenario que le brinda grandes oportunidades. Pero que también le impone obligaciones complejas que requieren una preocupación especial por el entorno urbano y el paisaje.