
Uno de los entornos más prácticos y funcionales de cualquier proyecto residencial es la cocina. Sus superficies auxiliares –encimeras, mesadas o recubrimientos– contienen el equipamiento principal de este espacio. Por eso, es imprescindible que se construya con el material más resistente e higiénico, prestando atención a la estética y al presupuesto disponible, y adaptándose a la dinámica de cada familia.