Ana García, arquitecta fundadora de NeuronaLab, ha realizado una entrevista con Aureli Soria-Frish de la empresa Starlab en la que conversaron sobre cómo los más recientes avances tecnológicos se están usando cada vez más para objetivar la actividad neuronal y los estados emocionales vinculados a los espacios arquitectónicos. A continuación, ella nos escribe sus principales reflexiones.
https://www.archdaily.pe/pe/982558/neurociencia-como-medir-la-percepcion-del-espacio-arquitectonicoAna García
La neurociencia ambiental es un campo emergente dedicado a estudiar el impacto de los entornos sociales y físicos en los procesos cerebrales y en el comportamiento de sus usuarios. Desde las diversas oportunidades de interacción social hasta los niveles de ruido y el acceso a espacios verdes, las características del entorno urbano tienen importantes implicaciones para los mecanismos neuronales y el funcionamiento del cerebro, influyendo así en nuestro estado físico integral. Este campo ofrece además una imagen diferente de cómo las ciudades influyen en nuestra salud y bienestar, proporcionando una nueva capa de información que podría ayudar a los arquitectos, planificadores urbanos y a los responsables de la toma de decisiones, a crear entornos urbanos más equitativos.
¿Cómo surgió la arquitectura moderna? ¿Cómo evolucionamos tan rápidamente de una arquitectura que tenía ornamentos y detalles a edificios que a menudo estaban en blanco y carecían de detalles? ¿Por qué la apariencia de los edificios cambió tan drásticamente a principios del siglo XX? La historia sostiene que el modernismo fue el impulso idealista que surgió de los escombros físicos, morales y espirituales de la Primera Guerra Mundial. Si bien también hubo otros factores en juego, esta explicación, aunque indudablemente cierta, ofrece una imagen incompleta.
Es incuestionable que los entornos influyen directamente en el comportamiento y las emociones de sus usuarios. Se estima que los seres humanos pasan aproximadamente el 90% de su vida en espacios interiores, por lo que es muy importante que estos favorezcan positivamente nuestra capacidad cerebral, o que al menos no vayan en su contra. Existe un término específico para relacionar los estímulos que recibe el cerebro según su entorno: la neuroarquitectura. Se han publicado varios estudios sobre este tema, la mayoría centrados en su impacto en los entornos de trabajo. Este artículo pretende abordar este concepto desde sus puntos más esenciales, enfatizando su importancia en el diseño de espacios para niños en la primera infancia.
El siguiente texto corresponde al capítulo 15 del Libro "NEUROEDUCACIÓN: sólo se puede aprender aquello que se ama" (Alianza Editorial, 2010), dedicado a analizar cómo interactúa el cerebro con el medio que le rodea en el momento de la enseñanza y el aprendizaje, a partir de los datos que aporta la ciencia.
Por Francisco Mora*
¿Por qué enseñar a los estudiantes en clases amplias, con grandes ventanales y luz natural es mejor y produce más rendimiento que la enseñanza impartida en clases angostas y pobremente iluminadas? ¿En qué medida los colegios, los institutos de enseñanza media o las universidades, que se han construido y se están construyendo en las grandes ciudades, modelan la forma de ser y pensar de aquellos que se están formando? ¿Es posible que la arquitectura de los colegios no responda hoy a lo que de verdad requiere el proceso cognitivo y emocional para aprender y memorizar, acorde a los códigos del cerebro humano y verdadera naturaleza humana y sean, además, potenciadores de agresión, insatisfacción y depresión? ¿Hasta qué punto vivir constreñido en el espacio de un aula, lejos de las grandes extensiones de tierra con horizontes abiertos o montañas, árboles, de suelos alfombrados de verde o secos matojos no ha alterado los códigos básicos del aprendizaje y la memoria? Todas estas son preguntas actuales, persistentes, que inciden en la concepción de una nueva neuroeducación.
https://www.archdaily.pe/pe/02-339688/neuroarquitectura-y-educacion-aprendiendo-con-mucha-luzPola Mora