La fotografía publicada es potente: Guillermo Vázquez Consuegra, Jean Nouvel, Norman Foster y Arata Isozaki posan en un balcón, junto al alcalde de Sevilla de ese entonces y el presidente del grupo hotelero Urvasco, todos preparados para anunciar un ambicioso proyecto en los terrenos de la Cruz del Campo. Son 1.963 departamentos en bloques de entre 14 y 16 pisos, un hotel de lujo, un museo de la cerveza y un parque con una inversión de 750 millones de euros. La fotografía es del 2006, un año antes que estallara la economía española. Como es de imaginar, el proyecto quedó en nada.
A mediados de este año, el Premio Rafael Manzano reunió en su escuela de verano a alumnos y académicos de diversas universidades españolas y norteamericanas para trabajar en una propuesta urbana alternativa para la Cruz del Campo. Como explican los organizadores, es "un importante hito del paisaje sevillano, pero su entorno ha ido degradándose a medida que desgraciadas intervenciones urbanas se han ido sucediendo a su alrededor. Con el derribo de buena parte del complejo Cruzcampo, se presentan dos alternativas: intentar revertir este proceso o seguir hurgando en la llaga".