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Arquitectos: Natan Hostins design, VOO®
- Área: 418 m²
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Fotografías:Fabio Jr. Severo
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Proveedores: Archicad, Graniblu, Lights On, Portobello, Requintte, Selatto, Sofá Brasil
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El deseo de la familia de tener un refugio como vivienda permanente es lo que dio origen a la residencia MMBC, situada en el tranquilo centro de la ciudad de Pomerode, Santa Catarina. La parcela en esquina, rodeada de una zona verde de conservación, fomentó directamente las premisas y directrices del diseño. La topografía inclinada permitió que la planta baja se sintiera como flotando, apoyada sobre el garaje, donde el revestimiento exterior de chapa metálica negra muestra su sombra y mantiene la ligereza visual del proyecto.
La disposición en L de la casa permitió resolver un conflicto de condicionantes, ya que el sol de la mañana cubre la parte delantera de la parcela, pero la vista verde está en la parte trasera. Para aprovechar al máximo ambas condiciones, los dormitorios se colocaron de forma que tuvieran aberturas a ambos lados de la parcela, donde los paneles huecos garantizan la intimidad de la zona íntima cuando es necesario. El formato también significa que no hay barreras visuales, como vallas y muros, haciendo que la propia casa actúe como límite exterior e interior. Las zonas social e íntima se diseñaron para estar en extremos opuestos de la casa, lo que permite la total privacidad que necesita cada ambiente.
La estructura de hormigón visto, metal y cristal confiere a la casa una atmósfera vanguardista. Los vacíos creados en la estructura permiten una relación perfecta con el entorno, abrazando la vegetación existente. Los espacios interiores se diseñaron de fuera a dentro, lo que se refleja en el escaso uso de revestimientos combinado con la composición del techo y los pilares de hormigón visto. Junto con la piedra natural, los acabados del proyecto aportan la esencia de lo natural y limpio, un soplo de aire fresco.
La carpintería y la elección de muebles sueltos aportan un aire minimalista. Centrándonos en los detalles, optamos por utilizar colores neutros para resaltar la luz y la sombra. La madera aparece en varios puntos de la casa para aportar calidez. Los espacios se diseñaron mínimamente para resaltar las vistas y la conexión con el exterior.
El paseo a los dormitorios es un momento de pausa mientras los residentes se desplazan por la casa. A pocos metros, en la zona protegida, se puede contemplar la vegetación y el canto de los pájaros. En este mismo pasillo creamos una zona de descanso y lectura, donde las vistas son las protagonistas del momento.
Además de la madera y el hormigón visto, la fachada cuenta con elementos huecos que marcan el acceso principal a la vivienda. La solución adoptada para aportar la estética deseada, combinada con un buen coste, fue intercalar piezas de adoquín reforzando la idea de limpio y natural.