
El Blog de Fundación Arquia nos trae un artículo que hace una reflexión desde una experiencia personal, sobre cómo la memoria no debe ser tratada de forma ascética, puesto que no bastan estudios técnicos y tipológicos de un determinado patrimonio arquitectónico o del reconocimiento de las características de un sitio, de sus costumbres o historia. La memoria es emocional y por ello, se necesita entender el verdadero significado del lugar y el valor de esa arquitectura más allá de lo material.