
A partir de enero del próximo año, el Ayuntamiento de Madrid cerrará 190 hectáreas de tráfico en su centro, ampliando sus áreas vehiculares restringidas a 352 hectáreas. Los automóviles no pertenecientes a los residentes de los cuatro barrios más centrales de la ciudad se limitarán a las grandes avenidas. Si un vehículo entra en la zona peatonal y no tiene acceso a una de las 13 playas oficiales de estacionamiento, el propietario será multado automáticamente con € 90 ($ 115 dólares). La nueva legislación es parte de un objetivo más amplio para peatonalizar completamente el centro de Madrid para el año 2020.