Hace unos días, les preguntamos a nuestros seguidores de Instagram, "¿Qué significa el Espacio Público para ti?" Estos pensamientos son intrínsecos al debate arquitectónico y entran en juego en varios tipos de proyectos, especialmente en aquellos relacionados con la planificación de espacios de uso común en las ciudades.
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El papel del ámbito público es iluminar los eventos humanos al proporcionar un espacio de apariencias, un espacio de visibilidad, en el que se puede ver, escuchar y revelar, a través de la palabra y la acción, quiénes son las mujeres y los hombres. Para ellos, la apariencia constituye la realidad, y su posibilidad depende de una esfera pública en la que las cosas pueden salir de una existencia oscura y protegida. - Fina Birulés
Sobre este tema, muchos autores dentro del círculo académico apoyan opiniones muy diversas sobre el curso de acción para las propuestas de diseño público, pero siempre están de acuerdo en entender la complejidad de este tema, que involucra varias áreas más allá de la arquitectura y el urbanismo. Hay temas sociales, económicos y políticos, así como asuntos de seguridad, bienestar y muchos otros que conciernen a la comunidad y, por lo tanto, sin duda, deben formar parte del debate público y estar abiertos a la opinión de los ciudadanos, quienes serán , por definición, los usuarios de estos espacios.
Al interrogar a lectores de diferentes países, es interesante observar que las respuestas varían en términos de enfoque, pero en todos los casos, hay un sentido común de que la colectividad debe estar implícita en estos espacios. Algunas respuestas son más directas y afirmativas, relacionadas con el diseño mismo: "Creo que tiene que ver con el urbanismo. Con las plazas, con los lugares públicos, las aceras", o incluso, "elementos de la calle, como el mobiliario urbano", mientras que otros las opiniones transmiten una percepción de una cierta atmósfera que debería existir en este tipo de programa, como "el verdadero hogar de todos" o simplemente "interacción".
Un tono común también aparece entre las respuestas en ejemplos más categóricos, que expresan la dimensión política de estos programas, tales como:
El nombre ya dice, de la población, de acceso sin barreras de clase. Creo que todas [las arquitecturas] deberían ser así.
Una plataforma que invita a personas de diversos orígenes a conocerse e interactuar.
O "un espacio que me permite expresarme, no sólo un radier superdimensionado", el "lugar donde lo diverso y heterogéneo de la sociedad coexisten armoniosamente", o bien, el "lugar de uso común, que asume un compromiso con el público y negocia con lo privado ".
Al diseñar espacios públicos, es esencial considerar estas perspectivas, ya que son los elementos principales para mantener un territorio democrático y promover la pluralidad dentro de las ciudades. Esta comprensión se hace evidente en algunas de las respuestas que recibimos, como: "Arquitectura que involucra a una comunidad. La arquitectura pública debe tener un valor comunitario" o "La arquitectura pública debe reflejar la historia y la cultura de la ciudad". Otras afirmaciones corroboran esto al afirmar que la arquitectura pública implica "diseñar un espacio urbano democrático con la colaboración de los ciudadanos", "la posibilidad de intervenir para mejorar la vida en la sociedad", y también:
Un lugar donde la gente libre prospera.
En este sentido, también se realizaron comentarios sobre el acceso a estos lugares. Según algunos de nuestros lectores, la arquitectura pública debe "satisfacer las necesidades de cada ser humano y hacer que los lugares sean accesibles para todos", presentando "espacios bien pensados, disponibles para que todos puedan disfrutar libremente". Además, debería:
Considerar sensiblemente las demandas existentes, ofrecer edificios funcionales y accesibles.
Algunas otras respuestas refuerzan las ideas de colectividad y diversidad implícitas en esta discusión. Ideas como la democracia, la sostenibilidad y la posibilidad de mejorar la calidad de vida de uno a menudo aparecen en los comentarios. Estas opiniones sugieren que los espacios públicos deben ser "verdes, limpios, autogestionados y autoorganizados", "libres, democráticos, sensibles y amplios", que reflejen "la expresión física de las actividades humanas en un espacio determinado" y que incorporen "la posibilidad de intervención para mejorar la convivencia en sociedad ".
Referencia bibliográfica
BIRULÉS, F. Del sujeto a la subjetividad. In: CRUZ, M. (Org.) Tiempo de subjetividad. Barcelona: Paidós, 1996.