Sobre la zona norte del Gran Buenos Aires, Nordelta ha estado desarrollando un nuevo emprendimiento urbano en la extensión de sus 1700 hectáreas desde hace alrededor de 30 años. Más allá del uso residencial de baja densidad con que fue concebido, en la actualidad ya incluye además usos residenciales de mediana y alta densidad, educativos, recreativos, de servicios, producción, abastecimiento, entre otros. Area Beta se presenta en la parte sur de Nordelta para funcionar en complemento a este sector urbano de usos mixtos y servicios.
Considerando que en el sitio habitan unas 40.000 personas y unas 12.000 ingresan a trabajar diariamente, el plan pretende alcanzar los 85.000 habitantes. El proyecto Area Beta conforma un nuevo centro de 38 hectáreas que ha comenzado a desarrollarse al sur, sobre el acceso Bancalari, en continuación del Masterplan propuesto por el estudio de urbanismo danés de Jan Gehl y ajustado localmente por el estudio Alberto Varas & Asociados. Entre los cuatro estudios de arquitectura convocados a concurso para llevarlo a cabo, el estudio Sauerbruch Hutton de Berlín resultó el equipo ganador proponiendo un “cluster” de cuatro edificios independientes interrelacionados y conectados entre sí.
En colaboración con Estudio Clotta y Valeria Hermida en materia de paisajismo, el estudio Sauerbruch Hutton propone una estructura urbana homogénea de bloque, a insertarse de forma natural en el tejido urbano concebido por el Masterplan. A su vez, intenta crear un edificio icónico que actúe como catalizador. De esta manera, la configuración de los cuatro edificios sobre el terreno creará un pequeño “campus universitario”.
A través de una geometría que combina lo radial con lo axial, plantean generar un trazado ortogonal entre el lago y la avenida de circunvalación, y aspiran a que este nuevo centro se convierta en el corazón urbano de Nordelta ofreciendo usos y espacios residenciales, educativos, comerciales, de servicios, oficinas, etc e implementando plantas bajas activas donde el espacio público posibilite un lugar de encuentro y se vuelva protagonista.
Uno de los programas principales de este nuevo centro es el uso educativo, por lo que se propone la incorporación de nuevas carreras universitarias, emprendimientos y soluciones en vinculo directo con la sociedad del conocimiento, los start-ups, empresas y otras demandas laborales emergentes. La intención de Sauerbruch Hutton radica en crear una comunidad de aprendizaje y experimentación que sea capaz de desafiar los ámbitos conocidos.
Area Beta busca generar un espacio físico y emocional que reúna oportunidades participativas, interactivas, experimentales y de realización personal y colectiva. La Universidad de San Andrés ocupará la primera fase del proyecto mientras que la Escuela ORT complementará el centro educativo en el terreno lindante.
Descripción por los autores. Se trata de una composición de formas blandas y sinuosas pero de un cierto rigor geométrico (el círculo) que, sin resignar su protagonismo, se identifica e integra al tejido urbano en el que está inserto. La geometría circular de los edificios transmite dinamismo, innovación y ruptura con las formas tradicionales y por ende con la forma usual de impartir educación: el cambio generacional se manifiesta en la forma, el lenguaje y las ofertas del edificio. Sus bordes generan permeabilidad al crear “umbrales” fluidos que comunican el perímetro con el espacio central del conjunto, invitando tanto a paseantes como a estudiantes a adentrarse al “cluster” y hacer uso de su espacio, sus jardines, sus ofertas gastronómicas y/o culturales o simplemente tomar un atajo en el camino.
Cada uno de los cuatro edificios consta de un círculo mayor que alberga la parte principal del programa y uno menor donde se encuentran los apoyos, servicios y circulaciones verticales. Gracias a esta organización el círculo mayor queda libre de restricciones funcionales y ofrece una amplia gama de layouts posibles para alojar todo tipo de programas, desde aulas hasta vivienda, pasando por espacios de oficinas, auditorios, talleres, etc.
La planta circular genera un espacio de fuerte interacción con un claro centro de gravedad, distancias cortas, equidistancia a las fachadas, gran flexibilidad y un alto grado de identificación, en síntesis: un espacio innovador y atractivo. La geometría circular ofrece la posibilidad de construir modularmente y generar replicabilidad en la construcción, abriendo las posibilidades a la pre-fabricación de elementos en serie.
El anillo central, que aloja parte del programa de apoyo como ser cafeterías, espacios para lectura, lounges, salas de reuniones, quioscos, salas de copias, etc., tiene un rol preponderante en el proyecto. No solo une a todos los edificios funcionalmente y ofrece un espacio único de interacción entre todos los edificios, sino que actúa en parte como techo sobre el espacio central en planta baja, protegiendo a sus usuarios de los elementos y demarcando generosos y apacibles espacios semi-cubiertos. Se propone adicionalmente integrar parte del programa funcional de la universidad en el primer subsuelo. Este espacio, accesible desde la planta baja, está iluminado y ventilado por dos “patios hundidos” (sunken courtyards).
La fachada del círculo mayor consiste de elementos vidriados de 1,35m de ancho, cada segundo elemento contiene un componente opaco vertical para ventilar naturalmente el espacio. En las juntas, se integran elementos verticales de 40cm de profundidad que brindan una protección solar pasiva en la dirección este/oeste y dotan a la fachada de plasticidad, acentuando el efecto sensual de sus curvas y generando un interesante efecto kinético de “abierto y cerrado”. La fachada del círculo menor consta de dos elementos, uno opaco, de mayor presencia, y uno transparente, de menor envergadura y por ende menor exposición al sol. Ambos están articulados en forma de zig-zag, creando un facetado entre lo abierto y cerrado en la fachada que se diferencia claramente de la pureza formal de la fachada del círculo mayor.
Los elementos verticales del círculo mayor, concebidos en cerámica/terracota, están tratados con una composición de dos familias de colores (azules y rojos/naranja) donde cada una consta de 6 tonos (los azules) o 5 tonos (los rojos). Los azules conectan al proyecto con el agua, de gran presencia en Nordelta y en la cercanía del lote, y los rojos/naranja con el contexto urbano donde el proyecto está inserto. Los tonos verdes de los jardines complementan el espectro de colores del proyecto mientras que la composición y el ritmo del tratamiento cromático de las fachadas le otorgan al ensamble un dinamismo y liviandad característicos.
La idea para el paisajismo que rodea a los edificios abraza dos conceptos primarios: el concepto de “rewilding”, o recuperar el contacto con la naturaleza en situación urbana, con sus beneficios en cuanto a salud física y mental de los usuarios, y el concepto de diseño de jardines inmersivos, en los cuales las personas entran en él y lo experimentan y recorren en todas direcciones.
La plantación incorpora los conceptos de estacionalidad por los cambios a través del año, y también el concepto de combinación de plantas, garantizando así una performance de interés a lo largo de las distintas estaciones.