La sostenibilidad ha ocupado durante años un papel central en las discusiones arquitectónicas, abarcando no solo la responsabilidad de la arquitectura frente a los cambios climáticos y la transición hacia economías de bajo carbono, sino también la recuperación de herencias culturales y la valorización de las tradiciones vernáculas. En 2024, se destacaron proyectos y estudios que exploran el uso innovador de materiales naturales, prestando especial atención a las iniciativas del Sur Global. Estas propuestas combinan creatividad y tecnología con el aprovechamiento de recursos renovables, demostrando cómo es posible crear espacios de alta calidad que satisfacen las demandas contemporáneas de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.
Los ladrillos forman parte del imaginario colectivo cuando pensamos en construcción. Se trata de materiales elementales, omnipresentes, modulares, ligeros y confiables para la construcción de edificios. Sin embargo, la fabricación tradicional de bloques cerámicos se basa en la quema de arcilla en hornos a altas temperaturas, por lo general alimentados con combustibles fósiles no renovables como el carbón o el gas natural. Además, el proceso de transporte aumenta significativamente su huella ambiental, ya que los materiales son pesados y voluminosos. Sabemos que existe un interés creciente por encontrar materiales de construcción alternativos, que ofrezcan un menor impacto ambiental y una mayor sostenibilidad. De hecho, los ladrillos de suelo cemento son un buen ejemplo, ya que presentan una menor huella ambiental al utilizar materias primas locales y eliminar el proceso de quema, pero manteniendo muchas de las cualidades intrínsecas de los ladrillos tradicionales.
La conferencia bienal de la ONU sobre el clima, COP28, concluyó en Dubai esta semana con el compromiso de eventualmente "eliminar" los combustibles fósiles. Fue un gesto clásico de vaso medio lleno/vaso medio vacío. Sí, como señalaron los optimistas, fue la primera vez que se hizo alguna referencia a alejarse de los combustibles fósiles en el texto del comunicado final. Pero, al igual que en COP anteriores, esta resolución también es no vinculante y se alcanzó entre protestas tanto de los países productores de petróleo como de los países en desarrollo que dependen de las cadenas de suministro energético existentes para su crecimiento futuro. La naturaleza tortuosa del resultado, diluido y oficialmente ineficaz, me dejó desanimado. Si no podemos ponernos de acuerdo sobre la naturaleza del problema, será excepcionalmente difícil solucionarlo.
Para obtener perspectiva, me puse en contacto con el activista de toda la vida Bill McKibben. Profesor en Middlebury College, ha publicado 20 libros; su primero, The End of Nature, se publicó en 1989. Fue, junto con el Dr. James Hansen, uno de los primeros en sonar la alarma climática. McKibben es un escritor colaborador de The New Yorker y fundador de Third Act, que organiza a personas mayores de 60 años para trabajar en justicia climática y racial. En colaboración con siete estudiantes de Middlebury, fundó 350.org, la primera campaña climática global de base.
Centro de Ciencias de la Computación y Datos de la Universidad de Boston / KPMB Architects + Suffolk. Imagen de cortesía por KPMB Architects
La descarbonización del sector de la construcción ya no es una elección sino una necesidad. A medida que las naciones se esfuerzan por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050, cada vez está más claro que las normas de construcción actuales no son suficientes para impulsar un cambio tangible. Lograr los objetivos climáticos requiere que las economías defiendan medidas que impulsen la neutralidad de carbono al mismo tiempo que gestionen los costos asociados de manera efectiva. ¿Cómo afectarían las estrategias de rendimiento de emisiones netas cero, los costos de la construcción?
Stefano Boeri Architetti presentó un nuevo diseño para las torres Bosque Vertical durante la COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto. El prototipo se encontraría en Dubái, la ciudad más poblada de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y próxima sede de la COP28 en 2023. El ambicioso proyecto representaría al primer prototipo de Bosque Vertical para MENA (Oriente Medio y Norte de África), siendo el último de una extensa lista de edificios cubiertos de vegetación de Boeri Architetti, que incluyen el Bosco Verticale en Milán, el Easyhome Huanggang en China y un prototipo del primer bosque vertical danés.
Si bien hace años que la industria de la construcción viene avanzando en campos nuevos como la nanotecnología e impresión 3D, sigue al mismo tiempo siendo una de las más atrasadas en los términos del uso de la tecnología. Muchas de las innovaciones quedan solo en una etapa experimental, y mientras se pretende constantemente revertir esta situación, al mismo tiempo conocemos un dato preocupante: la industria de la construcción es una de las que mayores contaminantes y residuos produce a nivel mundial.
De manera periódica, hemos sido testigos de cómo las costas de las costas en Quintana Roo han sufrido fuertes plagas de sargazo lo cual representa un problema importante para los habitantes locales quienes año con año se han dedicado a limpiar las playas exhaustivamente durante la temporada de abril-agosto. Diversos medios han comentado que la causa del sargazo es aún desconocida sin embargo, algunas teorías lo relacionan al cambio climático y a los cambios del Océano Atlántico. Actualmente, la Organización No Gubernamental, Red de Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo, realiza un monitoreo de la presencia del sargazo en Quintana Roo y, de acuerdo con su más reciente semáforo, hay 22 puntos con excesiva presencia de esta macro alga, el mismo número considerada como abundante.
A primera vista, el diseño de Dorte Mandrup para el Centro del mar de Wadden parece imitar el paisaje. Su baja altura, sus líneas horizontales y, sobre todo, su materialidad lo convierten en un edificio moderno en perfecta armonía con la naturaleza del lugar. Pero su conexión también engloba el patrimonio edificado de la comarca, más concretamente por su cubierta con paja, recolectada y secada cerca de la tierra. Esta es una técnica de construcción extremadamente tradicional e histórica, pero que rara vez se atribuye a los edificios contemporáneos. En este artículo rescataremos un poco de la historia de este material natural, sus características constructivas y algunos ejemplos de uso.
De forma reciente en Santa Mónica (California), los visitantes se sentaron en el sombreado patio exterior del City Hall East a la espera de sus citas. Una de ellas comía una rodaja de la naranja que había cogido del árbol que tenía encima y contemplaba los cuadros, fotografías y montajes que había al otro lado del cristal. La exposición, Lives that Bind (Vidas que unen), presentaba las expresiones de artistas locales sobre la eliminación y la escasa representación del pasado de Santa Mónica. Forma parte de un esfuerzo del gobierno de la ciudad por utilizar el nuevo Living Building, diseñado por Frederick Fisher and Partners, que pronto recibirá la certificación como catalizador para construir una comunidad autosuficiente desde el punto de vista medioambiental, social y económico.
Los investigadores señalan a los Jardines Colgantes de Babilonia como los primeros ejemplos de techos verdes. Aunque no hay pruebas de su ubicación exacta y existe muy poca literatura sobre sus estructuras, la teoría más aceptada es que el rey Nabucodonosor II construyó una serie de terrazas elevadas y ascendentes con especies variadas como regalo a su esposa, quien extrañaba los bosques y las montañas de Persia, su tierra natal. Según Wolf Schneider [1] los jardines estaban sostenidos por bóvedas de ladrillo, y debajo de ellos, había una serie de pasillos sombreados enfriados por el riego artificial de los jardines, con una temperatura mucho más baja que la del exterior, en la llanura de Mesopotamia (actual Irak). Desde entonces, han aparecido ejemplos de cubiertas verdes en todo el mundo, desde Roma hasta Escandinavia, en los más diversos climas y tipos.
Aún así, la solución de incluir plantas en el techo todavía es vista con desconfianza por muchos arquitectos y urbanistas, siendo considerada una solución costosa y difícil de mantener. Otros, sin embargo, argumentan que los altos costos de ejecución se amortizan rápidamente con ahorros en climatización y que, por sobre todo, ocupar la quinta fachada del edificio con vegetación es una solución racional. En cualquier caso, la pregunta se centra ahora en si realmente los techos verdes pueden ayudar con el cambio climático.
Cada vez que publicamos un artículo sobre Hempcrete u Hormigón de Cáñamo, recibimos muchos comentarios en las redes sociales, con cierto nivel de ironía, sobre ¿qué pasaría si el material se incendiara? De hecho, esta es una pregunta legítima, ya que todavía existe mucha confusión sobre las diferencias entre la marihuana y el cáñamo, ambos provenientes de la misma especie de planta (Cannabis Sativa). Pero mientras la marihuana tiene efectos psicoactivos debido al tetrahidrocannabinol (THC), presente principalmente en las flores de la planta, los materiales de construcción a base de cáñamo se producen a partir de su tallo, que contiene pequeñas dosis de THC. Respondiendo rápidamente a la pregunta del título: no, el edificio no se destruirá en caso de incendio. De hecho, algunas pruebas han demostrado que estos materiales tienen un excelente comportamiento frente al fuego, disipan las llamas, mantienen la integridad estructural y no emiten humo tóxico.
“Las tecnologías indígenas no están perdidas ni olvidadas, sólo ocultas por la sombra del progreso en los lugares más remotos de la Tierra". En su libro Lo-TEK: diseño por indigenismo radical, Julia Watson propone revalorizar las técnicas de construcción, producción, cultivo y extracción llevadas adelante por diversas poblaciones remotas que, generación tras generación, han logrado mantener vivas prácticas culturales ancestrales integradas a la naturaleza, con un bajo costo ambiental y una sencilla ejecución. Mientras las sociedades modernas trataban de conquistar la Naturaleza en nombre del progreso, estas culturas indígenas trabajaban en colaboración con ella, comprendiendo los ecosistemas y los ciclos de las especies para articular su arquitectura en un todo integrado e interconectado simbióticamente.
A pesar de contar con una mala reputación en los cuentos infantiles, los edificios de paja pueden ser sostenibles, termoacústicamente cómodos y, sobre todo, resistentes y sólidos. Se han llevado a cabo varias investigaciones y experimentos con este residuo agrícola, calificándolo como un material interesante para la construcción de muros, con buenas características térmicas, acústicas e incluso estructurales. Además, es un recurso renovable de construcción simple. A continuación, hablaremos sobre las características de este material y sobre como se necesitaría mucho más que el soplido de un lobo para derribar una casa hecha de muros de paja.
Ancestralmente, los elementos naturales solían ser las únicas materias primas con las que los pobladores originarios materializaban sus refugios temporales o viviendas permanentes. En la actualidad, la conciencia ambiental y el interés por los métodos de construcción ecológicos han dado lugar a prácticas más sostenibles que apuestan por adaptar estos procedimientos a los requerimientos contemporáneos. De esta manera, incorporando materiales biodegradables y de bajo impacto ambiental en sus proyectos y fusionándolos con recursos modernos para potenciar sus ventajas físicas, algunos arquitectos y arquitectas han logrado recuperar las técnicas ancestrales de sus regiones, emprendiendo un camino hacia la bioconstrucción.
En el marco del festival Selvámonos en Oxapampa, se llevará a cabo el taller de bioconstrucción. Este evento comienza el 18 de junio del 2016 y finaliza el 30 de junio, con la opción de poder asistir 1 o 2 semanas. Durante el taller, te podrás capacitar en técnicas tradicionales respetuosas con la naturaleza en un ambiente acogedor en el corazón de la Reserva de Biósfera Oxapampa Ashaninka Yanesha.