La cubierta de la Estación de Euston, en Londres, es el escenario arquitectónico de gran escala para la aplicación virtual del sistema integral Metaplas, creado por estudiantes de Bartlett School of Architecture – UCL. Parte de una investigación realizada en el Research Cluster 8 (RC8) del programa del Máster en Diseño Arquitectónico, los estudiantes desarrollaron un sistema multimaterial impreso en 3D a partir de termoplásticos biodegradables y reciclables. Así, una serie de paneles planos se vuelven tridimensionales, creando un sistema estructural con pliegues geométricos que permite el control pasivo de la temperatura de la iluminación de los espacios interiores.
El río Shing Mun en Sha Tin, una ciudad en Hong Kong, ha luchado contra la contaminación por desechos plásticos durante años. Los desechos domésticos que no se reciclan adecuadamente terminarán en los vertederos o flotarán en el río. En 2018, se descubrió que casi 17 millones de artículos de plástico, o 40.000 artículos diarios, se drenaron al océano a través del río Shing Mun, siendo en su mayoría envases de alimentos, cubiertos y botellas de plástico. Esta gran cantidad de contaminación en el río y en el medio ambiente circundante, podría eventualmente poner en peligro el ecosistema natural de manera irreversible.
Entre los problemas sociales que enfrenta Colombia, se encuentra la falta de vivienda digna para gran parte de la población. Una encuesta realizada por el centro de estadísticas de población del país reveló que el 35% de los colombianos se encuentra dentro del rango de pobreza, sin acceso a condiciones de vida adecuadas.
Con la constructora Woodpecker, la respuesta a este problema puede estar precisamente en otro tema que necesita solución en el país: los residuos de la producción de café, ya que Colombia es uno de los mayores productores del mundo.
Estudiantes de la Escuela de Ingeniería de la Universidad RMIT publicaron recientemente un estudio que experimenta con una nueva forma de gestión y reciclaje de residuos. Como señalan en su investigación, las colillas de cigarrillos son el elemento de desecho individual más descartado en el mundo, con un estimado de 5.7 billones consumidas en todo el planeta en 2016. Sin embargo, las colillas, en particular sus filtros de acetato de celulosa, pueden ser extremadamente nocivas para el medio ambiente debido a su escasa biodegradabilidad. El estudio RMIT se basa en una investigación anterior de Mohajerani et. al (2016), que experimentó con la adición de colillas de cigarrillos desechadas en ladrillos de arcilla para su uso arquitectónico. En su investigación, los estudiantes de RMIT encontraron que esta medida reduciría el consumo energético del proceso de producción de ladrillos y que disminuiría su conductividad térmica, pero que otros problemas, incluida la contaminación bacteriana, deberían abordarse antes de una implementación exitosa. A continuación, exploramos esta investigación con más detalle, investigando su relevancia para la industria de la arquitectura e imaginando posibles aplicaciones futuras.
https://www.archdaily.pe/pe/956305/es-posible-fabricar-ladrillos-ligeros-reciclando-colillas-de-cigarrillosLilly Cao
El reciclaje y la reutilización de materiales sigue ganando espacio y relevancia en la industria de la arquitectura y la construcción. Esta práctica se ha establecido como una importante alternativa a los métodos de construcción más tradicionales, ofreciendo una solución más económica y sostenible cuando se aplica conscientemente. Además de contribuir sustancialmente al ahorro de recursos y materias primas, el establecimiento de plantas de reciclaje también presenta una oportunidad para la generación de nuevos puestos de trabajo, desde la recogida, el transporte y la elaboración hasta la comercialización de materiales y productos resultantes de los procesos de reciclaje. Además, las estaciones de procesamiento de desechos sólidos también pueden incorporar sistemas de producción de energía, lo que reduce al mínimo los gastos de funcionamiento y el impacto general de la construcción de esos edificios.
Con el aumento en los niveles de emisión de contaminantes a lo largo de los años, también ha aumentado la preocupación sobre las acciones que se pueden tomar para minimizar el daño causado al planeta. Como una forma de promover la reducción o la no generación de residuos, surge el principio de las 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. Estas acciones, junto con la adopción de patrones de consumo sostenibles, se han promovido como una forma de proteger los recursos naturales y minimizar el desperdicio.
Si bien ha tomado fuerza la difusión y normativa de cómo reducir, reutilizar y reciclar cotidianamente los residuos sólidos urbanos (RSU), todavía no es la misma realidad para los residuos de construcción y demolición (RCD). Estos son los generados principalmente del desarrollo de proyectos nuevos, de la rehabilitación, reparación y reacondicionamiento de obras existentes; y de los procesos de preparación de terrenos y de la demolición de obras, tanto para la escala de una casa como de una ciudad. Estamos hablando tanto de la perdida de un gran volumen de hormigón, ladrillos, acero y productos como de la posibilidad de rescatar antiguas reliquias.
Queremos ofrecer a nuestros lectores la posibilidad de expresar abiertamente sus opiniones y experiencias sobre el reciclaje de estos desechos. Si todos fuéramos conscientes del impacto ambiental que genera la extracción, producción y comercialización de materiales - para que luego estos terminen como basura, ¿Cambiaría la forma en que diseñamos? ¿Cambiarían nuestras prácticas?
Cuando un material queda obsoleto porque deja de cumplir correctamente su función original o simplemente queda relegado a causa de una reforma, una ampliación o una demolición -sumándose a la pila de escombros que se convertirán en desechos-, en la gran mayoría de los casos puede repararse, reutilizarse y reciclarse para volver a comenzar un nuevo ciclo de vida útil. Sin embargo, con algunos elementos de la construcción esta recuperación representa un desafío mayor que con otros y su reutilización puede no ser siempre tan simple. En el caso de las puertas y ventanas, por ejemplo, la demolición o desmontaje debe ser mucho más cuidadosa si se tiene interés en reciclar dichos objetos, sumado a que posteriormente se deben realizar inspecciones para verificar el estado de las piezas y considerar posibles gastos para su acondicionamiento. También es real que este interés por recuperar los elementos antiguos no siempre está presente, ya que en muchos casos los propietarios priorizan la utilización de piezas nuevas y regulares que le otorguen cierta uniformidad a todo el proyecto.
El uso del ladrillo ha jugado un papel muy importante en la historia de la arquitectura del Reino Unido. Las técnicas de construcción del ladrillo y piedra han estado en constante progreso de evolución. De hecho, la producción de ladrillos mejoró con el tiempo, haciendo que sea uno de los materiales más más populares en la construcción. Desde el siglo XVIII en adelante, el ladrillo se utilizó predominantemente en la arquitectura doméstica e industrial, pero más tarde, se introdujo en la estructura de almacenes y fábricas, así como en otras diversas formas de infraestructura.
Si bien muchos de estos edificios aún funcionan hasta el día de hoy, no es una sorpresa. La restauración y la reutilización son técnicas muy recomendadas y, en muchos casos, los únicos métodos para mantener las densamente pobladas ciudades europeas. Por lo tanto, el desafío consiste en reutilizar estos edificios y reciclar los materiales disponibles, siempre tratando de retener la mayor cantidad posible de la estructura y material original.
Con el objetivo de motivar a los arquitectos a convertirse en agentes activos en el reciclaje sostenible, esta semana presentamos una selección de fachadas que trabajan con distintos materiales reciclados. Más allá de los típicos usos del plástico y el vidrio, en este articulo encontrarás innovadores materiales como resortes de colchones, recipientes de helados, sillas plásticas y desechos de productos agrícolas e industriales.
Encuentra nuevas ideas de cómo hacer una fachada atractiva utilizando materiales reciclados, a través de 21 proyectos notables.
Depósito de materiales de construcción reciclados en espera de reutilización. Imagen cortesía de ingenieros de NY
"Fuera lo viejo y bienvenido lo nuevo" ... o eso dicen. En los Estados Unidos, una nube de polvo y escombros combinada con una bola de demolición y una excavadora tiende a representar signos de progreso, innovación, actividad económica y la esperanza de un futuro mejor a través del diseño arquitectónico.
El concepto de Design for Disassembly (DfD), o "diseño para el desmontaje", es una práctica que ha ido ganando impulso en los últimos años entre los arquitectos de todo el mundo. Este enfoque revela una creciente preocupación por el consumo excesivo de recursos naturales, los desechos y las bajas tasas de reciclaje en la industria de la construcción. El siguiente artículo pretende analizar en detalle esta nueva tendencia en la arquitectura, presentando algunas pautas de diseño que contemplan la posibilidad de desmontar y reciclar edificios en el futuro, ofreciendo una mejor comprensión de este concepto y su impacto en la práctica profesional de la arquitectura y la economía circular.
Como alternativas a la producción de materiales en la industria de la construcción, que se caracteriza por los elevados gastos de energía y los altos niveles de contaminantes que se liberan a la atmósfera, el reciclaje y la reutilización de materiales y estructuras se han hecho cada vez más comunes en la arquitectura. La principal diferencia entre estos métodos es que, mientras que el primero emplea cierto gasto de energía en el tratamiento del material antes de su nuevo uso, el segundo no requiere este proceso, reutilizándolo en la forma en que fue desechado.
Comúnmente utilizados como soportes de almacenamiento para productos en supermercados y ferias, los palets o estibas son versátiles, y después de que su función principal ha sido descartada, su reutilización para otros fines es cada vez más común, especialmente como materia prima para la creación de muebles y cubiertas, colaborando activamente para reducir La cantidad de residuos desechados. Sin embargo, yendo más allá de los muebles tradicionales comúnmente resaltados en los tutoriales de autoconstrucción en youtube, estas estructuras están ganando terreno como la principal materialidad en la construcción de arquitecturas efímeras, como pequeños pabellones e instalaciones urbanas, de modo que las pequeñas piezas puedan apilarse y unirse entre si de diferentes maneras y patrones.
Ya sea por la demolición total de un proyecto, por un reemplazo tecnológico –en la búsqueda de un sistema de cubierta más efectivo- o por el cambio parcial por rotura o desgaste de piezas particulares, las tejas suelen ser elementos que se acumulan con relativa facilidad entre los desperdicios de obra. Como su costo de producción es usualmente bajo, se las recicla o reutiliza con poca frecuencia y si se lo hace, en general, es bajo su misma función original -es decir se las limpia y se las coloca nuevamente en otro techo-. Por suerte, junto con la creciente toma de conciencia respecto a los costos ambientales de la producción arquitectónica y el aumento del compromiso en el tratamiento de los desechos de obra, han surgido algunos proyectos que logran recuperar estos elementos de manera innovadora para darles, a través del reciclaje, una nueva vida en muros, fachadas, parasoles, solados y hasta mobiliario.
Algunos investigadores dicen que el Antropoceno comenzó con la Revolución Industrial, otros con la explosión de la bomba nuclear o incluso con el aparición de la agricultura. Todavía no existe un consenso científico. Sin embargo, la noción de que las actividades humanas van generando cambios con repercusiones planetarias, ya sea en la temperatura de la Tierra, en los biomas y los ecosistemas, es algo cada vez más difundido. El Antropoceno sería una nueva era geológica marcada por el impacto de la acción humana en el planeta Tierra. Esto es particularmente inquietante si consideramos que si toda la historia de la Tierra se condensara en 24 horas, los humanos solo apareceríamos en los últimos 20 segundos. Ya sea por la extracción masiva de recursos naturales o la liberación de carbono de vehículos e industrias, gran parte del problema se encuentra en la construcción civil, especialmente en la producción de desechos sólidos, debido a los desechos y la demolición. En Brasil, por ejemplo, los residuos de construcción civil pueden representar entre el 50% y el 70% de la masa de residuos sólidos urbanos [1]. Muchos terminarán siendo descartados de forma irregular o enterrados indefinidamente.
Los conceptos de reutilización y reciclado adquieren una extrema relevancia en los contextos vinculados a la construcción civil, especialmente si se considera el enorme consumo de energía y la cantidad de desechos que se producen al llevar adelante los procesos necesarios para la materialización de una obra de arquitectura. Los elementos constructivos formados a partir de la reutilización de objetos y materiales antiguos –que han sido reestructurados para cumplir una nueva función- representan una oportunidad única para que los diseñadores se involucren con los procesos de reciclado y la industria constructiva emprenda un camino hacia un futuro más sostenible y responsable.
En México, 40 millones de llantas usadas son desechadas cada año y solo el 12% se recicla. Las llantas son un producto de desecho difícil de abordar, debido su gran volumen, su durabilidad y sus componentes perjudiciales para el medio ambiente. Según especialistas, en México se reciclan alrededor de 5 millones de llantas en productos orgánicos y en la industria del cemento.