
Las ciudades humanas se centran en las relaciones entre las personas y los lugares. Las comunidades prosperan gracias a los recursos compartidos, los espacios públicos y una visión colectiva de su localidad. Para fomentar ciudades felices y saludables, los diseñadores y el público aplican métodos de creación de lugares en el entorno urbano. La creación de lugares significativos depende en gran medida de la participación de la comunidad para producir eficazmente espacios públicos magnéticos.
Una forma de participar en el placemaking es el juego, una forma de compromiso activo con la ciudad. A través del juego, uno puede sentir, moverse y actuar con el entorno construido, fabricando vínculos mentales sostenidos con el lugar. Los espacios urbanos lúdicos son más cercanos y permiten a la gente conectar con ellos a escala humana. La actividad pública lúdica es un indicador de un espacio urbano lleno de energía y de la creación de un lugar exitoso.
