La NASA y AI Space Factory desarrollaron LINA (Lunar Infrastructure Asset), un puesto de avanzada impreso en 3D in situ para proteger a los astronautas y las misiones críticas en la Luna. El proyecto es parte de Relevant Environment Additive Construction Technology (REACT), una colaboración de varios años para desarrollar tecnologías destinadas a construcciones en la superficie lunar dentro de un período de tiempo de la Misión Artemis: el regreso de la humanidad a la Luna. LINA constituye un paso más en el esfuerzo por expandir la civilización al satélite natural de la Tierra y explorarlo de una manera sostenible que minimice la perturbación humana.
LINA se extiende de una sola estructura a un grupo de unidades, convirtiéndose en un puesto avanzado lunar más significativo y sistémico. Con una superficie habitable de 75 metros cuadrados por cada unidad y un área de montaje central de 90 metros cuadrados, se espera que en la próxima década acoja a los astronautas enviados a la Luna. Está diseñado con una expectativa de vida de al menos 50 años y protegerá a los astronautas de peligros como eventos de partículas solares, terremotos lunares, impactos y condiciones criogénicas experimentadas durante la noche lunar.
La estructura está ubicada en el Polo Sur Lunar, descripta como "El Pico de la Luz Eterna". Allí, el sol es casi omnipresente, ideal para la generación de energía solar, y para las regiones bajas en permanente sombra que se cree que contienen agua pudiendo actuar de soporte en las operaciones de recolección de agua. La estructura incorpora tres unidades separadas que comparten un patio comunal e integra un árbol fotovoltaico para capturar y cosechar directamente la energía solar. La orientación de LINA proporciona autosombreado, aprovechando así las características topográficas del paisaje lunar para protegerlo de la radiación solar y cósmica letal.
LINA está diseñado para ser impreso en 3D con una mezcla de alto rendimiento de regolito lunar nativo y polímero de origen terrestre. A diferencia de las capas 3D convencionales paralelas al suelo, se imprime en un ángulo de 60 grados para construir el techo abovedado. El resultado es una carcasa ultrafina optimizada y liviana diseñada para soportar una sobrecarga de regolito de 2,7 metros de espesor para proteger contra la radiación y el entorno lunar extremo.
Thomas Lipscomb, ingeniero de materiales de la NASA, está trabajando para probar la impresión 3D dentro de una cámara de vacío (GMRO) que imita las condiciones ambientales en la Luna. La prueba es parte del proyecto Relevant Environment Additive Construction Technology (REACT), que se deriva del anuncio de la NASA de 2020 de una asociación con AI SpaceFactory, una empresa de arquitectura y tecnología de la construcción ganadora del 3D Printed Habitat Challenge de la NASA.
Lunar Infrastructure Asset representa un momento único y sin precedentes en la reactivación de la exploración espacial. Junto con LINA, la NASA está trabajando en MARSHA, un innovador hábitat de Marte también impreso en 3D en colaboración con AI Space Factory. Usando "polímero marciano", el prototipo fue uno de los cinco finalistas en una competencia internacional para diseñar y construir un hábitat para una tripulación de cuatro astronautas en una misión a Marte.
Otras propuestas provienen de BIG en asociación con ICON y SEArch + (Space Exploration Architecture) para apoyar la exploración futura de la Luna. Además, en 2017, el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos anunció el lanzamiento del proyecto Mars Science City, una ciudad de investigación de $ 140 millones de dólares (500 millones de AED) que servirá como un "modelo viable y realista" para la simulación de la ocupación humana en el paisaje marciano.